Bien, adelante. Otra vez. –Decía el maestro-
Demos la vuelta, vamos! Una vez más –decía cuando la pista imaginaria terminaba-
Terminaba adolorido de los músculos. Me tomaba un par de minutos recuperarme y al maestro unos minutos más respectivo a mí, pues sus tiempos de atleta ya estaban atrás.
Pero al reponerse dijo algo que me emociono tanto como cuando algo bueno esta por pasar:
Está bien!, ahora vamos a tirar un asalto a cinco toques. –Dijo el maestro-
Nos enfilamos a la pista imaginaria y nos colocamos cada quien enfrente el uno del otro para encarar nuestro asalto.
Recuerda lo que hemos estado practicando –me lo dijo el maestro con un tono de confianza-
Yo realmente no me encontraba nervioso y aunque para esos tiempos yo solo había tirado contra mis propios compañeros de entrenamiento, el maestro representaba un reto incalculable. Jamás había visto tirar al maestro con la espada, no sabía que esperar y eso me emocionaba.
Nos saludamos con el debido respeto que cualquier asalto demanda, nos colocamos las caretas y cada quien adopto su posición de guardia.
El maestro no dijo ninguna palabra para dar marcha al asalto, pero fue el que tomo la iniciativa dando un paso hacia mí. Pensaba que por ser joven podría ganar en velocidad, así que lance un “a fondo” para ver la reacción del maestro; él paro mi tímido ataque y respondió rápidamente ganándome el primer punto. Estaba realmente enfadado conmigo mismo, pues quería demostrarle al maestro que yo era capaz de ponerle complicado el asalto.
Una vez más retornamos a nuestras posiciones iníciales. Pensaba como atacar al maestro, pues él también era tan alto como yo y no era viable tratar de ganarle la distancia, aun peor, el tiene más fuerza que yo en los brazos. Lo único que me quedaba era intentar ser más rápido y preciso a la hora de atacar.
Una vez más el tomo la iniciativa, yo retrocedí, él se lanzo al ataque haciendo una “flecha”, la cual pude contra restar pero sin contestar su ataque y el salió con seguridad de la pista.
Volvimos a comenzar, el asalto tomo un ritmo rápido.
Momentos después él se volvió a lanzar en “flecha” pero esta vez lo arreste en el brazo y luego él asesto un macizo golpe en mi hombro con la punta del arma.
-Tocado primero- dijo el maestro levantando su mano desarmada en señal de la acción.
Así que el puntaje estaba 4-4 y el punto siguiente le daría la “victoria”, aunque no representaba tal simbolismo si no solamente la terminación del asalto.
A esas alturas, he de confesar, que me encontraba cansado.
Una vez más se reiniciaron las acciones, yo lanzaba pequeños ataques estirando mi brazo con afán de poder tocar su mano. Él se encontraba pasivo, seguramente esperando mi maniobra. Me decidí a atacar con un engaño para distraer al maestro y que me diera el tiempo para tocarle. Pero el maestro una vez más se lanzo en “flecha” lo cual mi reacción instintiva fue la misma, estire el brazo y aseste la punta de mi arma en su brazo, pero el maestro continuo corriendo para terminar su ataque, yo tampoco retire el arma, de repente un estruendo. El maestro había atacado con tal fuerza que había vencido la resistencia de la hoja de la espada, la espada que yo manejaba, hasta romperla y asestando su ataque en mi hombro.
-Tocado- Dijo él. – No importa yo tengo más “hojas secas” en la casa-
Había ganado el épico asalto, me sentía bien, aunque me abrumo la fuerza, decisión y tenacidad del maestro, estaba sorprendido de cómo había roto la hoja de la espada. Me decía a mi mismo que en sus tiempos el maestro seguramente me hubiese hecho trizas. No por nada había sido campeón nacional y participado en competencias internacionales.
Nos quítanos las caretas y el rostro del maestro se notaba evidentemente exhausto, lo cual me hacía más contento, pues denotaba que había dado toda la seriedad al encuentro.
Bueno, lo narrado anteriormente fue el primer asalto que tuve con mi maestro de esgrima, Eugenio.
Lo narré porque estoy de nostálgico, hace ya una semana el profesor nos dio la última clase.
Nos ha dicho que es tiempo de regresar a las tierras españolas, pues el profe nació en aquellos territorios, aunque cuenta con la doble nacionalidad mexicana-española.
Lo que lo había traído a territorios Vallartenses es lo mismo que lo aleja de aquí. Dice que Puerto Vallarta ha dejado de ser una comunidad tranquila y se ha convertido en un bullicio estrepitoso, trafico, sobre población (estoy de acuerdo con él). Por eso se va a una zona tranquila de España, cerca del municipio de Pinoso en la Provincia de Alicante.
Se ha despedido de nosotros, no obstante dándonos hasta el último momento su generosidad, pues han de saber que en todo el tiempo que tiene dando clases de esgrima en Vallarta, jamás ha cobrado un peso por sus conocimientos. Nos ha dejado todo el equipo de esgrima para que nosotros sigamos practicando y porque no seguir enseñando algún interesado en el futuro.
Ya a sus años, el maestro no ha perdido su espíritu competitivo, a todos sus alumnos nos ha dejado sorprendido diciéndonos que unas de sus metas de este año es ponerse a entrenar en España para en septiembre de este año competir en el campeonato mundial de veteranos que se celebrara en Berlín, Alemania.
Pero bueno, más de dos año practicando la esgrima bajo sus enseñanzas.
Realmente es un gran sujeto, no solo me enseño a cómo usar una espada. Si no que también me hizo reír mucho con sus chistes, unos malísimos y otros muy ingeniosos. A demás siempre nos dio consejos para la vida, anécdotas de sus tiempos. En días nos sentábamos a su alrededor, tipo anciano de la comarca y nosotros unos chamaquitos interesados en sus historias, y nos contaba algo de su pasado, como eran las competencias en sus tiempos, contra quienes había competido, los grandes esgrimistas de su época, su vida personal, las historias del país que a él le había tocado vivir, etc.
Jaja!, gran gran sujeto el maestro Eugenio Davidson, y todos sus alumnos estamos agradecidos por su apoyo y su tiempo dedicado.
Yo solo espero oír en la noticias en septiembre: -En el reciente campeonato mundial de esgrima para veteranos, celebrado en Berlín, la grata sorpresa que lo ha ganado un mexicano, el Maestro Eugenio Davidson se impuso a todos sus contrincantes…-
Honor y Gloria para el maestro. Gracias por todo. Suerte!
